"Los malos no triunfan sino donde los buenos son indiferentes” / José Martí

sábado, 4 de septiembre de 2010

El tilingo

Tilingo argentino

Definir a alguien como tilingo argentino es una redundancia, ya que la única manera de ser tilingo es si se nació o se vive desde hace mucho tiempo en este bendito país. En cualquier otra parte del mundo solo sería otro pequeño burgués, sin embargo para que el tilingo entienda su condición burguesa implica un esfuerzo intelectual al que no esta acostumbrado.

El tilingo o pequeño burgués argentino es resentido, odia a los pobres como a los ricos por igual, solo las causas de su odio visceral son diferentes. Por un lado detesta la pobreza porque le teme, es la imagen de lo que no desea ser; entonces la estigmatiza, la carga de preconceptos; “Los pobres son todos choros, vagos, delincuentes y faloperos”. Por el otro los ricos “no la hicieron trabajando”, solo usufructuaron el trabajo sin claudicaciones e inigualable del tilingo. Los odia pero son su imagen inalcanzable, su fuerza motriz, la razón por la cual nunca deja de ser tilingo.

Lo irrita hablar de clases sociales “eso es cosa de zurdos”, sin embargo es el principal protagonista de la discriminación social, para el tilingo los zurdos son todos mentirosos, ya que si acceden a algún beneficio material a partir de su trabajo, la envidia del tilingo lo defenestra preguntándose ¿Cómo este no era comunista?, como si alguien por tener ideas comunistas o socialistas le esta vedado acceder a los bienes que su trabajo le reporta. Siente profundo malestar si se le recuerda, en caso de ser empleado, su condición de obrero, el tilingo de ninguna manera se permite sentirse obrero. De reconocer tal condición su ego lo mortifica, se siente infinitamente lejos de su meta superior, acceder a los estratos más altos de la sociedad.

El tilingo es ignorante aunque intente demostrar lo contrario consumiendo bienes culturales solo que estén de moda, así compra el último best seller o asiste al cine para ver la película mas taquillera, de todas formas su educación es tan pobre que nunca entiende un carajo y lo más importante para destacar de la obra en cuestión es el precio de tapa o del ticket y ni que hablar si consiguió una ubicación privilegiada.
Cuando viaja se siente omnipotente, cambia su rol de oprimido por el de opresor y exige un servicio de excelencia, si el tilingo paga no hay excusas para que no se lo sirva como el señor se lo merece. Cuanto más servil el servidor, más satisfecho el tilingo. Nunca le importa tanto la calidad del café o las media lunas
como la humillación del servidor.

El estado tiene la obligación de darle todo: educación, salud, seguridad. Después de todo para eso paga lo que no puede evadir  de impuestos, sin embargo odia la palabra estatal, nada de lo que el estado brinda esta a su nivel. Por eso paga seguridad, prefiere los barrios cerrados aunque viva en la casa heredada de sus abuelos  y manda sus hijos a escuelas privadas evitando la contaminación social.
El estado solo está capacitado para dar asistencialismo y el tilingo lo detesta, le hiere el orgullo.

Es consumidor nato, lo puede la tecnología; por lo tanto vive endeudado ya que compra todo a crédito, celulares, netbooks, grandes televisores, cámaras fotográficas y otra vez su total ignorancia lo traiciona, tiene acceso a todo pero no disfruta nada... las deudas lo agobian.
Entonces el tilingo se asusta, se irrita, su condición de hombre superior se ve en peligro y busca culpables, porque para el tilingo la culpa siempre es del otro. Entonces cuando la tarjeta de crédito llega al límite, el fondo del bolsillo esta mas lleno de pelusas que nunca y el Shopping solo es un lugar de paseo, el tilingo vuelve a la cocina, abre la alacena y sale a la calle a golpear la cacerola.

1 comentario:

herchez dijo...

Siento mucho decepcionarte al no sentirme identificado con el tilingo argentino. Ya lo sabés, no me siento un burgués, es mas sé lo lejos que estoy de serlo, tengo cierta conciencia de clase que hace que sienta que solo soy un proletario con ciertos privilegios que otros no tienen.
No odio a los pobres, como sí odio a los ricos. Le temo a la pobreza solo porque he estado cerca de ella y sé por experiencia lo que se siente el solo acercarse. Lamentablemente tengo que odiar a los ricos, es algo implícito que si sos rico, cagaste a alguien, a mí a mi vecino, al estado o a alguien, si sos rico, a alguien seguro estas jodiendo, porque no concibo la riqueza desde ningun punto de vista. Si sosrico, es que estás teniendo una ganancia mucho mayor a la necesaria, por lo que o estas jodiendo a algun cliente o a algun empleado.
No me molesta hablar de clases sociales, es mas, intento siempre concientizar a los que no lo estan para que entiendan a que clase pertenecen, y tampoco soy comunista, es mas ni siquiera estoy convencido del socialismo como fue concebido, sino que necesariamente necesita una actualización hostórica. Me siento un obrero pleno sin vergüenza, y tampoco reniego de mi trabajo, ya que como lo manifiesto en reiteradas oportunidades, toda ideología y todo hombre no existen de por sí, sino en un contexto histórico y temporal a los cual deben adecuarse.

Un abrazo.