"Los malos no triunfan sino donde los buenos son indiferentes” / José Martí

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Malfalda

Mafalda es una nena curiosa, inquieta y terriblemente irónica, nacida de una típica familia porteña. En un cuerpo de niña despunta la rebeldía juvenil marcada por el progresismo. Es contestataria, con una cabeza abierta y propensa a filosofar a partir de cualquier hecho cotidiano. Es una niña que sabe qué es lo que busca, y que, al mismo tiempo, es una gran pesimista sobre la situación del mundo.

 El 29 de Setiembre de 1964 apareció por primera vez una tira de Mafalda.
Su autor, Joaquín Salvador Lavado, Quino, no sospechaba entonces que las reflexiones puestas en boca de este personaje serían traducidas a 26 idiomas (desde el japonés, italiano y portugués, hasta el griego, francés y holandés), y que sus libros venderían, sólo en Argentina, 20 millones de ejemplares. Pasaron 46 años desde aquella historieta inicial. Sin embargo, sigue tan vigente como entonces. Los diez únicos libros de la serie continúan reimprimiéndose una y otra vez en todo el mundo.

La primera aparición pública de Mafalda tuvo lugar hace más de 46 años, el 29 de setiembre de 1964, en la revista "Primera Plana".
En su caso, la partera no dijo macho: el flamante personaje que con los años se transformaría en un estandarte de lucha por la igualdad social -en tiempos en que la liberación femenina aún estaba en pañales-, llevaba sus polleras bien puestas.

"¿Por qué mujer? No lo sé. Al principio uno no se detiene a pensar en esas cosas?", dice hoy Joaquín Lavado, Quino, el creador de Mafalda.
El dibujante tampoco se había puesto a pensar, tres décadas atrás, que las ideas de esta niña tan ingeniosa como irreverente, tan reflexiva como contestataria, iban a recorrer el mundo.

No sospechó que un día el escritor Julio Cortázar llegaría a decir: "No tiene importancia lo que yo pienso de Mafalda. Lo importante es lo que Mafalda piensa de mí". Mucho menos que aunque la URSS haya desaparecido, lo mismo que Los Beatles y la guerra de Vietnam, el mensaje de Mafalda seguiría manteniendo la misma dosis de genialidad y, sobre todo, de actualidad.
Quino jamás imaginó que ese ser diminuto y genial, con una inteligencia y sagacidad inmune a los razonamientos adultos y apenas rodeada de un apropiado universo infantil, elevaría la historieta a la categoría de "cuentos morales".

Con una exacta dosis de simpleza y profundidad, Mafalda se convirtió en el personaje de historieta que más significa hoy para los argentinos.
Para Quino -dueño de una genuina modestia-, todo empezó por casualidad y sin que él se propusiera ninguna grandeza: "En realidad Mafalda iba a ser una historieta para promocionar una nueva línea de electrodomésticos llamada Mansfield. La agencia Agnes Publicidad le encargó el trabajo a Miguel Brascó, pero como él tenía otros compromisos, me lo pasó a mí. Esto fue en 1963. Pero la campaña nunca se hizo y las ocho tiras que dibujé quedaron guardadas en un cajón. Hasta que al año siguiente Julián Delgado, secretario de redacción de "Primera Plana", me pidió una historieta. Entonces rescaté esas tiras y bueno, ahí empezó todo."

Esta anécdota, que Quino contó muchas veces, tiene algunos detalles poco conocidos. Por ejemplo, el nombre del empleado de la agencia que le encargó la tira: el actor Norman Briski. "En aquel momento ese nombre me quedó grabado -recuerda hoy Brascó-, porque era una mezcla de mi apellido con el del dibujante Oski. Cuando me llamó, esta coincidencia me resultó graciosa y fui a la agencia a ver de qué se trataba. Querían una familia con padre, madre y dos hijos: un típico contexto para que aparecieran los productos. Lo que necesitaban no tenía nada que ver con lo que yo normalmente hacía, así que le derivé el trabajo a Quino, que en ese momento trabajaba conmigo".

En cuanto al exótico nombre de Mafalda, el nombre surgió de la versión cinematográfica de la novela "Dar la cara", de David Viñas. En una escena de esa película aparece un bebé dentro de un moisés que se llama así, y Quino adoptó el nombre





viernes, 24 de septiembre de 2010

Federico García Lorca

Federico García Lorca 
nació en Fuente Vaqueros, Granada, el 5 de junio de 1898.
Poeta, músico, dramaturgo, ensayista, pintor, conferenciante, artista sobre todas las cosas...

Entre 1919 y 1928, vivió en la Residencia de Estudiantes, de Madrid, un centro importante de intercambios culturales donde se hizo amigo del pintor Salvador Dalí y del cineasta Luis Buñuel, entre otros, a quienes cautivó con sus múltiples talentos.
Perteneció a la llamada "generación del 27", compuesta, entre otros, por Rafael Alberti, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Pedro Salinas, Vicente Alexaindre... con quienes compartió amistad e inquietudes artísticas.
Su primera vocación artística fue la música. De muy joven comenzó a tocar la guitarra y a estudiar piano. Compuso canciones con fuertes raíces flamencas e investigó el cancionero popular andaluz con Manuel de Falla.
Así manifestaba Lorca su actitud de artista: "Si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios -o del demonio- también lo es que los soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo".
En su obra se unen lo popular y lo culto en un estilo donde lo preponderante es la expresión del autor. Trata problemas sociales e individuales como la frustración amorosa, las represiones sexuales y el destino trágico. "El artista debe reír y llorar con su pueblo", dijo.
Como dramaturgo, abordó diferentes géneros , aunque su reputación descansa principalmente en las tres tragedias populares: "Bodas de Sangre", "Yerma" y "La casa de Bernarda Alba". Dirigió el teatro universitario "La Barraca", con el que viajó por toda España representando obras de Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca.
Su vitalidad y su simpatía eran arrolladoras. Pero también poseía una sensibilidad como pocas: "Un poeta es alguien que está siempre, y por todas las cosas, a punto de llorar".
Federico siempre estuvo a favor del desprotegido: "Creo que el hecho de ser de Granada me inclina siempre a la comprensión simpática del perseguido.
Del gitano, del negro, del judío, del morisco que todos llevamos dentro"- decía.
Sus posiciones antifascistas y su fama le convirtieron en una víctima fatal de la Guerra Civil española, en Granada, donde le fusilaron, en agosto de 1936.

 

 

La casada infiel

A Lydia Cabrera y a su negrita

Y que yo me la lleve al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua me
sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.


*
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la lleve del río.
Con el aire se batían las
espadas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río

miércoles, 22 de septiembre de 2010

El lugar de él que no está

El lugar de él que no está

No es común en mí poder escribir un texto a partir de un titulo, ya que ello, realmente me parece poco probable puesto que cuando comienzo a escribir, la línea de mis pensamientos se alejan indudablemente del título que  potencio mis intenciones literarias.
Muchas veces el escrito  toma algo de forma  cuando las palabras van llegando al final de la hoja,   solo en ese momento puedo poner un encabezado que  contenga al desorden de ideas plasmado en cada frase.
Paradójicamente  a esta descripción, en este caso no es así, ya que  la idea surgió fuertemente de la afirmación inicial   y esa idea guió el rumbo de los decires “el lugar de él que no está”.
Aunque a esta altura de los acontecimientos debo confesar, para ser sincero con el lector,  cierto disgusto por este título guía.  Una razón puede ser por las ganas de reemplazar la palabra lugar por la palabra espacio. Ya que lugar me remite a lo geográfico y a la pretensión de algunos  sujetos de estar siempre bien ubicados. Rápidamente me pregunto
 ¿Hay alguien que  pueda decirse ser un sujeto ubicado?
El hombre tiene esta  necesidad repetida  e intrínseca de ser un tipo ubicado, en sus pensamientos, en su sexualidad, en sus actos y si se podría hasta en sus sueños…
Escribiendo estas líneas anteriores, solo hace un instante, volví  a reflexionar sobre la palabra hombre, puesto que cuando comencé la frase pretendía hablar en general, obviando el género de lo masculino y lo femenino, pero mi inconsciente estaba subrayando que mucho de lo dicho tiene que ver con la posición de lo masculino.
No hay fantasía mas recurrente en el campo de lo masculino que la de ubicarse en el lugar justo del goce femenino, satisfaciendo como ninguno a su amada.
  ¡Vaya pretensión narcisista! ¿No?
Pero desde el comienzo intente escribir de los ausentes y no sobre nosotros los descentrados.
Estos sujetos tácitos de la existencia, sujetos que deciden  (o no) estar ausentes en los espacios que debieran habitar, ya sea por determinación o simplemente por pereza, o incapacidad inhibitoria ante la realidad.
Los ausentes que pasivamente escuchan sin opinar, los ausentes que no pretenden enterarse de las traiciones de sus seres queridos, los ausentes que retacean el lanzarse a sus paciones, siempre por ante-poner el inexorable  miedo a equivocarse.
Es sabido que la voluntad se queda corta ante algunas inhibiciones instaladas por halla en lo inconsciente, pero reconocer y reconocer-se en las propias detenciones subjetivas nos conecta con la posibilidad de combatir cierta sintomatología displacenteras tanto para el paciente como para sus otros.
Entonces acomodarse a un síntoma de este tipo es bastante triste y a la vez desesperanzador.
 Pero cuando ello se lo reconoce en la adolescencia, en mi caso, me preocupa en forma especial, ver rendido al hacerdor de la próxima sociedad futura me resulta lamentable.
No hace mucho asistiendo a una aburrida charla pedagógica sobre las estrategias de motivación alumno en la escuela del siglo XXI, surgió como una valida preocupación de algunos docentes
 ¿Qué se hace con los chicos que no participan de ninguna actividad escolar?
 (En realidad use la palabra chico porque a mi entender un chico no necesariamente es un alumno, pero lo dejamos para otro momento)
¿Qué se hace con los sin lugar en el aula que están justamente allí?
Me pareció que a pesar de la desilusión de muchas docente comprometidos con su trabajo, estos chicos tienen el derecho de estar allí, justo allí en la escuela… haciendo en apariencia nada.
Mi respuesta:
Se le da y se soporta  el lugar para que hagan nada (En apariencia)
Porque en muchos casos ese espacio donde ellos no hacen nada es el mejor lugar donde pueden estar,  ya que escuela a pesar de sus propias problemáticas tiene valores, la gente que  en su mayoría  está allí trabaja para el bien común y ofrece la esperanza de la educación para la construcción de un futuro mejor.
 No es nada grato cuando nos toca ser testigos de los ausentes y los rendidos,  muchos quisiéramos darle  algo, cualquier cosa,  para  que se alejen de la inacción, para que abandonen  ese lugar de ausencia dolorosa  y egoísta.  Pero eso casi nunca es posible.
Creo  que nadie debería ser cómplice para que un sujeto quede inerte, pero los tiempos de resolución de esta poción inconscientes se resuelven cuando se dan ciertas condiciones, para mi gusto condiciones terapéuticas fruto de un tratamiento psicológico donde el paciente se lanza  para modificar-se.
 Para terminar, con este laberinto de síntomas y deseos que es la educación, me gustaría   resaltar que “El lugar de él que no está” ,el lugar de ausencia subjetiva  estando allí , es para muchos…solo todo lo que tienen….o solo  todo le queda ande una realidad que los oprime y le da un poco de respiro en la escuela haciendo nada…en apariencia.

PD: Este texto debería llamarse el alumno ausente
 
Ps Gustavo Filippi

miércoles, 15 de septiembre de 2010

ALEJANDRA PIZARNIK



Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En ese sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura.
Porque todos estamos heridos. 
                                 Alejandra Pizarnik

Reseña biográfica
Poeta argentina nacida en Buenos Aires en 1936.
Obtuvo su título en Filosofía y Letras por la Universidad de Buenos Aires y posteriormente viajó a Paris
hasta 1964 donde estudió Literatura Francesa en La Sorbona y trabajó en el campo literario colaborando
en varios diarios y revistas con sus poemas y traducciones de Artaud y Cesairé, entre otros.
Es una de las voces más representativas de la generación del sesenta y está considerada como una de las poetas
líricas y surrealistas más importantes de Argentina.
Su obra poética está representada en las siguientes obras: «La tierra más ajena» en 1955, «La última inocencia»
en 1956, «Las aventuras perdidas» en 1958, «Árbol de diana» en 1962, «Los trabajos y las noches» en 1965,
«Extracción de la piedra de locura» en 1968, «El infierno musical» en 1971 y «Textos de sombra y últimos poemas»,
publicación póstuma en el año 1982.
En 1972 falleció como consecuencia de una profunda depresión.

Selección de textos

Como agua sobre una piedra
a quien retorna en busca de su antiguo buscar
la noche se le cierra como agua sobre una piedra
como aire sobre un pájaro
como se cierran dos cuerpos al amarse


Vértigos o contemplación de algo que termina
Esta lila se deshoja.
Desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así



 
LA JAULA

Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé de la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

AWKA LIWEN

Un nuevo film de Osvaldo Bayer sobre los pueblos originarios
Te presentamos el avance de la película.

martes, 7 de septiembre de 2010

63 años de voto femenino

A comienzo del siglo XX el modelo femenino en la Argentina estaba cambiando. Las mujeres, aún aquellas que tenían su ámbito de desarrollo en el seno del hogar, aprendieron de los hombres y de las noticias que les llegaban desde Europa y Estados Unidos, que ellas también tenían derechos.
 
Para la legislación de esos años las mujeres no tenían presencia cívica, dependían de su padre y, de ser casadas, de su esposo.
 
A partir de 1919 varios diputados comenzaron a presentar proyectos de ley para instaurar el voto femenino obligatorio. Pero ellos chocaban constantemente contra los mismos prejuicios, que colocaban a la mujer en una situación de reiterada duda con respecto a su capacidad y madurez para hacer uso de ese derecho.
 
En 1927, en la provincia de San Juan, el entonces gobernador Federico Cantoni sancionó una nueva Carta Orgánica para la provincia que, entre otras novedades, extendía el voto a las mujeres.
 
Según el nuevo texto, las mujeres no sólo tenían derecho a votar sino también a ser elegidas para desempeñar cargos públicos. En abril de 1928 ellas tuvieron ocasión de estrenar sus libretas cívicas y dieron una sorpresa: votó el 97 por ciento de las inscriptas, frente al 90 por ciento de los varones. Además, una mujer -Emilia Collado- fue elegida intendenta de Calingasta, y otra -Ema Acosta- diputada.
 
Pero en diciembre de ese año el gobernador Cantón fue depuesto, la Ley fue derogada y las mujeres eliminadas del padrón electoral.
 
En 1945, desde la Secretaria de Trabajo y Previsión, el entonces coronel Juan Domingo Perón inauguró una política específica dirigida a las mujeres. En ese ámbito creó la División de Trabajo y Asistencia a la Mujer. Se reflotó la cuestión del sufragio femenino. El 26 de julio de 1945, en un acto celebrado en el Congreso, Perón hizo explícito su apoyo a la iniciativa. Se formó entonces la Comisión Pro Sufragio Femenino.
 
En 1946 Eva Duarte de Perón pasó a presidir esa Comisión, y comenzó a presionar para que se sancionara la ley. Para alcanzar el objetivo emprendió una campaña incesante con los legisladores, con las delegaciones que la visitaban, con las mujeres agrupadas en los centros cívicos, a través de la radio y de la prensa. El mensaje de Evita iba dirigido a todo el universo femenino, y las mujeres lo hicieron suyo y pasaron a desempeñar un papel activo.                     
 
Se realizaron mítines, se publicaron manifiestos y grupos de obreras salieron a las calles a pegar carteles reclamando la aprobación de la ley. Centros e instituciones femeninas emitieron declaraciones de adhesión. Evita fue reconocida por las  mujeres como su portavoz natural.
 
El 9 de septiembre de 1947, con los palcos del Congreso repletos de mujeres, se logró la sanción de la  Ley Nº 13.010, que se promulgó el 23 de septiembre del mismo año. El 11 de noviembre de 1951, las mujeres argentinas emitimos por primera vez nuestro voto. En esa ocasión votaron 3.816.654 mujeres.
 
El 63,9 por ciento lo hizo por el Partido Peronista, el 30,8 por ciento por la Unión Cívica Radical. A su vez, el Partido Peronista fue el único de ambos que llevó mujeres en sus listas. En 1952 asumieron sus bancas 23 diputadas y seis senadoras.
 

      Discurso de Eva Duarte de Perón al recibir la sanción de la ley:
 
“Mujeres de mi patria: recibo en este instante de manos del gobierno de la Nación la Ley que consagra nuestros derechos cívicos, y la recibo ante vosotras, con la certeza de que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria.
Aquí está, hermanas mías, resumido en una letra apretada de pocos artículos una historia larga de lucha, tropiezos y esperanzas.”

domingo, 5 de septiembre de 2010

SIMPLEMENTE EL MAS GRANDE

 FREDIE MERCURY
(Zanzíbar, 1946 - Londres, 1991) Vocalista, músico y compositor que fue conocido a escala internacional como líder de la banda de rock británica Queen, pero que también desarrolló una trayectoria paralela en solitario de innegable éxito.
Ni su verdadero nombre fue Freddie Mercury, ni llegó al mundo en el Reino Unido, el país que le vio triunfar. Se llamaba Farookh Bulsara y nació el 5 de septiembre de 1946 en la isla de Zanzíbar (Tanzania), situada en la costa este de África y famosa por su producción de especias. Figura provocadora, versátil y carismática como pocas, su fallecimiento el 24 de noviembre de 1991 conmocionó al mundo de la música.




sábado, 4 de septiembre de 2010

El tilingo

Tilingo argentino

Definir a alguien como tilingo argentino es una redundancia, ya que la única manera de ser tilingo es si se nació o se vive desde hace mucho tiempo en este bendito país. En cualquier otra parte del mundo solo sería otro pequeño burgués, sin embargo para que el tilingo entienda su condición burguesa implica un esfuerzo intelectual al que no esta acostumbrado.

El tilingo o pequeño burgués argentino es resentido, odia a los pobres como a los ricos por igual, solo las causas de su odio visceral son diferentes. Por un lado detesta la pobreza porque le teme, es la imagen de lo que no desea ser; entonces la estigmatiza, la carga de preconceptos; “Los pobres son todos choros, vagos, delincuentes y faloperos”. Por el otro los ricos “no la hicieron trabajando”, solo usufructuaron el trabajo sin claudicaciones e inigualable del tilingo. Los odia pero son su imagen inalcanzable, su fuerza motriz, la razón por la cual nunca deja de ser tilingo.

Lo irrita hablar de clases sociales “eso es cosa de zurdos”, sin embargo es el principal protagonista de la discriminación social, para el tilingo los zurdos son todos mentirosos, ya que si acceden a algún beneficio material a partir de su trabajo, la envidia del tilingo lo defenestra preguntándose ¿Cómo este no era comunista?, como si alguien por tener ideas comunistas o socialistas le esta vedado acceder a los bienes que su trabajo le reporta. Siente profundo malestar si se le recuerda, en caso de ser empleado, su condición de obrero, el tilingo de ninguna manera se permite sentirse obrero. De reconocer tal condición su ego lo mortifica, se siente infinitamente lejos de su meta superior, acceder a los estratos más altos de la sociedad.

El tilingo es ignorante aunque intente demostrar lo contrario consumiendo bienes culturales solo que estén de moda, así compra el último best seller o asiste al cine para ver la película mas taquillera, de todas formas su educación es tan pobre que nunca entiende un carajo y lo más importante para destacar de la obra en cuestión es el precio de tapa o del ticket y ni que hablar si consiguió una ubicación privilegiada.
Cuando viaja se siente omnipotente, cambia su rol de oprimido por el de opresor y exige un servicio de excelencia, si el tilingo paga no hay excusas para que no se lo sirva como el señor se lo merece. Cuanto más servil el servidor, más satisfecho el tilingo. Nunca le importa tanto la calidad del café o las media lunas
como la humillación del servidor.

El estado tiene la obligación de darle todo: educación, salud, seguridad. Después de todo para eso paga lo que no puede evadir  de impuestos, sin embargo odia la palabra estatal, nada de lo que el estado brinda esta a su nivel. Por eso paga seguridad, prefiere los barrios cerrados aunque viva en la casa heredada de sus abuelos  y manda sus hijos a escuelas privadas evitando la contaminación social.
El estado solo está capacitado para dar asistencialismo y el tilingo lo detesta, le hiere el orgullo.

Es consumidor nato, lo puede la tecnología; por lo tanto vive endeudado ya que compra todo a crédito, celulares, netbooks, grandes televisores, cámaras fotográficas y otra vez su total ignorancia lo traiciona, tiene acceso a todo pero no disfruta nada... las deudas lo agobian.
Entonces el tilingo se asusta, se irrita, su condición de hombre superior se ve en peligro y busca culpables, porque para el tilingo la culpa siempre es del otro. Entonces cuando la tarjeta de crédito llega al límite, el fondo del bolsillo esta mas lleno de pelusas que nunca y el Shopping solo es un lugar de paseo, el tilingo vuelve a la cocina, abre la alacena y sale a la calle a golpear la cacerola.

viernes, 3 de septiembre de 2010

El cumpleaños de un grande de América

EDUARDO GALEANO.   

Eduardo Germán Hughes Galeano, nace en Montevideo el 3 de septiembre de 1940. En él conviven el periodismo, el ensayo y la narrativa, siendo ante todo un cronista de su tiempo, certero y valiente, que ha retratado con agudeza la sociedad contemporánea, penetrando en sus lacras y en sus fantasmas cotidianos. Lo periodístico vertebra su obra de manera prioritaria. De tal modo que no es posible escindir su labor literaria de su faceta como periodista comprometido.






 ALGUNOS TRAMOS DE SU LIBRO MEMORIAS DEL FUEGO III
 EL SIGLO DEL VIENTO

24 de marzo de 1977
Buenos Aires

Walsh


Rodolfo Walsh
Despacha una carta y varias copias. La carta original, a la Junta militar que gobierna la Argentina. Las copias, a las agencias extranjeras de prensa. Al cumplirse un año del golpe de Estado, está enviando algo así como un memorial de agravios, constancia de las infamias cometidas por un regimen que sólo puede balbucear el discurso de la muerte. Al pie, estampa su firma y documento (Rodolfo Walsh, C. I. 2845022). Sale de la oficina del Correo y a poco andar lo derriban a balazos y se lo llevan herido, sin regreso.
Su desnuda palabra era escandalosa donde el miedo manda. Su desnudadora palabra era peligrosa donde se baila el gran baile de disfraces.

8 de octubre de 1967
 

A orillas del río Ñancahuazú

Diecisiete hombres caminan hacia la aniquilación


El cardenal Maurer llega a Bolivia desde Roma. Trae las bendiciones del Papa y la noticia de que Dios apoya decididamente al general Barrientos contra las guerrillas.
Mientras tanto, acosados por el hambre, abrumados por la geografía, los guerrilleros dan vueltas por los matorrales del río Ñancahuazú. Pocos campesinos hay en estas inmensas soledades; y ni uno, ni uno solo, se ha incorporado a la pequeña tropa del Che Guevara. Sus fuerzas van disminuyendo de emboscada en emboscada. El Che no flaquea, no se deja flaquear, aunque siente que su propio cuerpo es una piedra entre las piedras, pesada piedra que él arrastra avanzando a la cabeza de todos; y tampoco se deja tentar por la idea de salvar al grupo abandonando a los heridos. Por orden del Che, caminan todos al ritmo de los que menos pueden: juntos serán todos salvados o perdidos.
Perdidos. Mil ochocientos soldados, dirigidos por los rangers norteamericanos, les pisan la sombra. El cerco se estrecha más y más. Por fin delatan la ubicación exacta un par de campesinos soplones y los radares electrónicos de la National Security Agency, de los Estados Unidos.

 

Quebrada del Yuro

La caída del Che


El Che en Bolivia
La metralla le rompe las piernas. Sentado, sigue peleando, hasta que le vuelan el fusil de las manos.
Los soldados disputan a manotazos el reloj, la cantimplora, el cinturón, la pipa. Varios oficiales lo interrogan, uno tras otro. El Che calla y mana sangre. El contralmirante Ugarteche, osado lobo de tierra, jefe de la Marina de un país sin mar, lo insulta y lo amenaza. El Che le escupe la cara.
Desde La Paz, llega la orden de liquidar al prisionero. Una ráfaga lo acribilla. El Che muere de bala, muere a traición, poco antes de cumplir cuarenta años, exactamente a la misma edad a la que murieron, también de bala, también a traición, Zapata y Sandino.
En el pueblito de Higueras, el general Barrientos exhibe su trofeo a los periodistas. El Che yace sobre una pileta de lavar ropa. Después de las balas, lo acribillan los flashes. Esta última cara tiene ojos que acusan y una sonrisa melancólica.

 

Higueras

Campanadas por él


El Che
¿Ha muerto en 1967, en Bolivia, porque se equivocó de hora y de lugar, de ritmo y de manera? ¿O ha muerto nunca, en ninguna parte, porque no se equivocó en lo que de veras vale para todas las horas y lugares y ritmos y maneras?
Creía que hay que defenderse de las trampas de la codicia, sin bajar jamás la guardia. Cuando era presidente del Banco Nacional de Cuba, firmaba Che los billetes, para burlarse del dinero. Por amor a la gente, despreciaba las cosas. Enfermo está el mundo, creía, donde tener y ser significan lo mismo. No guardó nunca nada para sí, ni pidió nada nunca.
Vivir es darse, creía; y se dio

jueves, 2 de septiembre de 2010

Memoria de un escrito perdido

En“La edad de oro", José Martí, destaca que existen personas luminosas; hombres y mujeres que al igual que el sol logran ocultar sus zonas opacas por la enorme energía de su luz.
“Memoria de un escrito perdido”;es un video documental que trata la historia de un grupo de mujeres que eligieron brillar con toda su energía a vivir entre las sombras de los malos recuerdos.
Hace algunos días tuve la suerte de asistir a la presentación de dicho documental en la recuperada sala del cine Arteon, lo que se constituyó en uno de esos momentos que uno guarda para toda la vida. Allí no solo pude conocer las historias de estas mujeres, sino también comprobar una vez más la importancia de la palabra escrita, como la educación y el arte pueden salvarnos y me llevé de parte de la directora del video una enorme frase de esperanza y victoria ;“no pudieron” nos dijo a los presentes. Y luego de verlas a ellas tan luminosas, la frase se vuelve contunde “no pudieron”.





Memoria de un escrito perdido forma parte del ciclo de cine documental latinoamericano que se emite por canal Encuentro del Ministerio de Educación.
Los invitamos a todos a disfrutar de este unitario el sábado 18 de setiembre a las 20 hs. en canal 6 de Cablevisión.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La lluvia


A veces la lluvia es solo una circunstancia, una muestra más de los fenómenos de la naturaleza. En otras ocasiones se transforma en un incordio, nos altera nuestro estado de ánimo y se constituye en un nuevo motivo para justificar nuestro mal humor. Sin embargo recuerdo que hubo un tiempo donde me parecía mágica.


La lluvia

Por la mañana, muy temprano, la lluvia llegó para quedarse.
Durante las primeras horas, la gente dejo vacías las calles. Sin embargo con el correr de las horas, la ciudad se fue poblando y adquiriendo su ritmo habitual. El asfalto resbaladizo, autos estacionados en doble fila, congestión de tránsito, bocinas, insultos...el caos de todos los días.
Muchos años atrás, durante mi niñez, la lluvia era todo un evento. Solía quedarme detrás de las vidrieras del almacén de mis abuelos mirando la vida pasar en escala de grises. Si amanecía lloviendo, la escuela quedaba para otra oportunidad y gozábamos de la licencia que nos brindaba el mal tiempo. Hoy convertidos en meras guarderías, los colegios amontonan chicos entregados como encomiendas por la histeria de sus madres cansadas de tenerlos en casa. Que otra se haga cargo del paquete con moño y todo.
No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor, sin embargo siento que perdimos algo.
Las calles pavimentadas recogían el caudal de agua que las zanjas ya no podían manejar, y cuando el temporal abría un paréntesis y con nuestras capas y botas podíamos acercarnos hasta el cordón de la vereda, solíamos llenar de barcos de papel de diario la correntada marrón que se perdía en las bocas de tormenta.
Por otra parte las calles de tierra, vacías de autos y convertidas en un lodazal, eran el escenario propicio para los más divertidos partidos de fútbol. Recuerdo que embarrarnos no ponía histéricas a nuestras madres.
El cielo gris parecía aplacar los ánimos, todo se hacía al ritmo que imponía la bruma…lento, pausado. El olor a salsa casera marcaba el comienzo del medio día y el aroma del pan tostado abría la merienda frente al televisor, desde donde el “capitán Piluso y Coquito” se adelantaban, primero a “El zorro”, luego a “kung fu” y a “El hombre nuclear”.
A veces, antes de irse la tarde, un viento sur llegaba para llevarse las nubes y la lluvia comenzaba a transformarse en un recuerdo fugaz.
Detrás de los ventanales, la abuela tejía medias de lana con agujas de madera gruesas, el otoño anunciaba la llegada del frío y había que estar preparados, con tiempo, al ritmo de la bruma…lento, pausado.
Por aquellos años la lluvia era todo un evento, se metía por las ventanas atravesando los vidrios empañados como una luz plateada, yo solía escribir mi nombre en los cristales mojados, mi vieja dibujaba un corazón grandote al lado. Ella no necesitaba mandarme a ningún depósito de chicos.
Hoy la lluvia llegó para quedarse, la ciudad casi ni se dio por enterada. La gente corre como cualquier otro día, los almuerzos no huelen a salsa casera ni las meriendas a pan tostado. Y en las escuelas…en las escuelas un ejército de histéricas amontona chicos para que otra se haga cargo del paquete…Con moño y todo.  

Sergio
 

marcelodimennablog.com

un nuevo blog de fotografía, para visitar y disfrutar.
La que sigue es solo una muestra del muy buen trabajo y calidad profesional del autor del blog y de las fotos.